lunes, 4 de enero de 2021

Vuelvo a usar la férula

La verdad es que el tema de elevar la cabecera de la cama tampoco fue una panacea. Seguía roncando, molestando a mi mujer y no descansando lo que el cuerpo necesitaba.

El caso es que me puse a buscar por Internet alguna solución al vértigo posicional paroxístico benigno, y casualmente di con una web de una persona que lo padecía, y explicaba que, una vez solucionado el episodio que se estuviera padeciendo, mediante las maniobras de epley, hay que intentar no bajar nunca la cabeza a un plano inferior al de los hombros.

Da la casualidad que yo practico ciclismo (igual ya lo había comentado en alguna ocasión), y sabéis que una de las posiciones de los ciclistas es cogerse de la parte baja del manillar y agachar la cabeza para lograr una posición más aerodinámica y conseguir más velocidad.



Pues bien, esa posición unido a las vibraciones y movimientos bruscos de la cabeza, por debajo de los hombros, se ve que era la causa del vértigo. La férula anti-ronquidos no tenía nada que ver.

Visto lo visto, desde entonces no he vuelto a adoptar esa posición y los mareos han desaparecido, al menos de momento.

Como los ronquidos seguían, lo que he hecho es comprarme otra férula de la farmacia, mucho más económica que la que me hicieron a medida en el dentista. 

Esta férula de silicona es genérica. Hay que adaptarla a nuestra dentadura, y esto se consigue metiéndola en agua caliente unos minutos. La silicona se ablanda y en estas condiciones, se muerde con la mandíbula inferior adelantándola a una posición cómoda. Cuando la silicona se enfría se queda con esa marca de los dientes y es la posición que obligará a mantener a las mandíbulas mientras se duerme.

El caso es que he vuelto a dejar de roncar.

Como esta férula es bastante económica, os animo a probarla.